EDITORIAL: Las tribulaciones de un alcalde ‘desigualitario’

Publicado por PSOE Aranjuez en

El 28 de junio de 1969 se produjo en Estados Unidos una redada policial en el pub neoyorkino Stonewall Inn, establecimiento que frecuentaba la comunidad LGTBI. A raíz de aquello se produjeron protestas que dieron lugar a lo que hoy se celebra como el Día del Orgullo. Seis meses después de aquellos acontecimientos, se habían creado dos organizaciones de activistas gais en Nueva York, con objeto de realizar protestas de confrontación. También se fundaron tres periódicos para promover los derechos para gais y lesbianas. Nació de aquellas revueltas un colectivo que aún hoy, 55 años después, sigue reivindicando sus derechos.

En España se celebra el Día del Orgullo desde hace años, pero fue en 2018, en un Consejo de Ministros del primer Gobierno de Pedro Sánchez, cuando se institucionalizó, en reconocimiento a la lucha y reivindicaciones de las personas y colectivos LGTBI en nuestro país.

En el Pleno celebrado el pasado miércoles, el Partido Socialista elevó un ruego para que, con el objetivo de sensibilizar, apoyar y difundir las reivindicaciones del colectivo LGTBI se colgase en el balcón del Ayuntamiento la bandera arcoíris, que no se ha puesto desde que gobierna el Partido Popular en estos últimos cinco años.

El nuevo alcalde, Miguel Gómez, que siempre alardea de su defensa por la igualdad de derechos y pretende escenificar su sensibilidad con ese colectivo nos ha traído a la memoria aquellos versos que cantaba Imperio Argentina y que decían: «Gitana que tú serás, como la falsa moneda, que de mano en mano va y ninguno se la queda”. Cada día está más que claro que ni el Partido Popular ni su nuevo líder en Aranjuez van a virar en sus discursos ni en su ideología para defender algo que no han defendido nunca. El alcalde ya ha afirmado que, basándose en no sabemos qué normativa, no va a apoyar al colectivo. Se convierte así en un alcalde ‘desigualitario’, como la inmensa mayoría de sus compañeros y compañeras de partido

Ultimamente se está produciendo en España un aumento de los delitos de odio contra las personas que expresan libremente su sexualidad o su género, y todo gracias al aumento de una ultraderecha que está siendo blanqueada por el Partido Popular, como sucede en nuestra ciudad a pesar de las ‘bondades’ de nuestro nuevo primer edil. No hay más que echar un vistazo a su homónimo en Madrid, José Luis Rodríguez Almeida, que ha realizado para la conmemoración en la capital un cartel con símbolos sexuales, tacones y alcohol que no es más que una burda representación por parte de la derecha más rancia e irrespetuosa que también parece afianzar Gómez.

Tampoco ayuda que la presidenta de la Comunidad de Madrid le ponga una medalla al presidente de Argentina, el ultraderechista Milei, que es un homófobo reconocido. Fue, precisamente, Díaz Ayuso la que perpetró el primer retroceso en derechos para el colectivo trans y LBTBI al aprobar unas reformas legales que atentan contra los derechos humanos.

Ayuso escenifica su ideología fascista modificando una ley en la que se elimina el concepto identidad de género, se marca que los menores deberán pasar por un examen de pediatras antes de recibir tratamiento y se explicita que la atención psicológica o las valoraciones psiquiátricas no serán muestra de discriminación. Además, en educación se eliminan los contenidos relativos a las personas trans de los currículos.

Respecto a la ley LGTBI se retocan aspectos sanitarios, organismos como el Consejo LGTBI de la Comunidad o el régimen sancionador. Una de las partes centrales de la reforma es el ámbito educativo, que concentra cinco de los veinte artículos derogados, entre ellos el que ataja el acoso escolar. En concreto, se elimina el plan contra el acoso a los alumnos LGTBI sale de los currículos en los centros educativos.

Todo un despropósito al que VOX ha llevado al Partido Popular -en algunos casos, como el de Ayuso, no le ha hecho ni falta que le lleven- y que redunda en el odio que la derecha extrema y la extrema derecha muestran ante cualquier tipo de avances en derechos y libertades.

Desde el Gobierno de España se han puesto en marcha medidas enfocadas en mejorar la atención a las víctimas y estableciendo protocolos de actuación que buscan erradicar la LGTBIfobia y reducir la infradenuncia. Se han elaborado dos Planes de Acción de lucha contra los delitos de odio y se ha impulsado en el Congreso de los Diputados una iniciativa para consensuar un gran Acuerdo de País contra los discursos de odio. 

Es muy difícil luchar contra una aberración constante por parte de quienes odian al diferente, pero el Gobierno de Pedro Sánchez puede sentirse orgulloso, como otros gobiernos socialistas anteriores, como el de Rodríguez Zapatero, con Pedro Zerolo al frente, de haber puesto en marcha medidas que tratan de ganar derechos para el colectivo, como la Ley 13/2005, que reconoce el matrimonio igualitario, la Ley 3/2007 sobre la rectificación registral de la mención relativa al sexo, y las recientes medidas del presente Gobierno, como la creación del Consejo de Participación LGTBI o las leyes para la recuperación de la memoria de las víctimas LGTBI durante la Guerra Civil y la dictadura franquista en la Ley de Memoria Democrática. 

Educar, difundir y respetar son herramientas que se deben consolidar en los centros educativos, para que todas las personas puedan convivir en armonía en la búsqueda de un bienestar que necesita avanzar para reconocerse como país. Y es esas no está ni el Partido Popular ni, por supuesto, VOX, que, por ejemplo, en Aranjuez ha decidido, un año más, no colgar la bandera arcoíris en la fachada del Ayuntamiento, a pesar de que un día se nos vendió la sensibilidad de un alcalde, Miguel Gómez, que, por lo que parece, no es tal.

Categorías: Opinión

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